Por Carla Inmacolato
Recuerdo lo primero que pensé cuando me dijeron que tenía que mudarme a Ciudad de México: “Yo, ¿mudarme a un desierto?” Imagínense qué tan atrevida es la ignorancia…
Resultó que no fue un desierto y me encontré con algo muchísimo más fuerte. Algo que en mi país jamás había sentido. Entonces, ¿por qué visitar Ciudad de México? Porque señores, la ciudad vibra. Y vibra con una fuerza que les prometo no encontrarán en otro lugar del mundo.
La ciudad está viva, es enorme y diversa en todos los sentidos. Ecológica, urbana, gastronómica, arqueológica e inclusive cromática. Lo más importante de todo esto es la gente y más que esto, sus historias, estas historias son las que la hacen vibrar.
Vengan a conocer las historias, vengan a construir la suya. Piérdanse y encuentren “eso” que faltaba.
Por ahora es todo lo que puedo decirles, pues contarles más, arruinaría la sorpresa. La Ciudad de México espera.